sábado, 29 de noviembre de 2008

Juventud, extraño tesoro...



La verdad es que con el paso de los años se me ha hecho cada vez más difícil identificarme con algún aspecto de mi propia cultura juvenil actual o estigma generacional. Es más siempre he tenido la sensación de que me hubiera sido mucho mejor haber pasado mis años de adolescencia en alguna mítica época pasada (o futura) y sobretodo en cualquier otro rincón geográfico. Y es de estas combinaciones de las que salen las más embobadas ensoñaciones diurnas que se me puedan ocurrir. Por ejemplo, vivir mi juventud en medio de 1966 rondando entre escenarios londinenses sacados de una escena de “Blow Up” la brillante pela de Antonioni.
Ser un digno Mod Britanico, vestido estupendamente con elegantes trajes y rodeado de bellísimas e inocentes rubias de flequillo y minifalda. Mientras acude asiduamente a exposiciones artísticas Avant- Garde de día y a experiencias lisérgicas de blues por las noches. O sin ir muy lejos, pasar mis años de adolescencia en el Manchester de fines de los 80’s y comienzos de los 90’s, ahí donde la música reventaba los tímpanos en legendarios y gigantescos clubes que darían inicio a la llamada cultura Rave. Con la acotación que la música que sonaba en ese entonces era estupenda, bandas que tocaban un rock bailable y de mucho estilo que a su vez mantenía altos estándares musicales (sonido Madchester). Ya me imagino con jeans rasgados y gorros de pescador bailando desenfrenadamente en medio del club Hacienda escuchando a los Happy Mondays o a los Charlatans, con toda una gama de sustancias a mi disposición que por su novedad no se consideraban todavía ilegales.


Pero bueno, hay que despertar, me encuentro en el Perú de los dosmiles. Con un vaso de ron Cartavio en la mano mientras observo como un grupo de desabridas y acomplejadas chiquillas tratan de hacerse las muy desinhibidas y open mind al son de la cumbia y el reggeaton. En la calle la situación no mejora mucho desde ver pasar a los huachafísimos emos, pasando por los típicos adolescentes de bermudas y horrorosas poleras a cuadros que se hacen los muy malos mientras caminan, o a las púberes que mediante exagerados gestos y poses tratan de emular a la diva pop de moda(Todas ellas potenciales Porn-Stars). Menudos tiempos en que un Facebook bien armado o el poder escribir 1’s d msj’s d txt bn bkanes, se han vueltos factores indispensables para una mejor interacción y acondicionamiento social, antes que contar con una personalidad desarrollada o un ingenioso sentido del humor.
Aunque en lo que respecta a la música juvenil actual, el panorama se hace mucho más alentador, y no me refiero a autolimitarse a lo que la radio y la televisión disponen. Algo invaluable que nos han brindado estos años es el ilimitado acceso a la información a través de los medios virtuales. Se imaginan a que música estaríamos condenados sin Internet, solo intenten hacer un simple y cortó viaje por el dial, la oferta de las radios de moda se reducen únicamente a estos artistas con sus respectivos derivados: Grupo 5, My Chemycal Romance, Juanes, Wisin y Yandel. Pero de lo que la gente no da cuenta ahora es que en muchos lugares del mundo tan disímiles como Gales, Florida y Londres; Hay chicos que no llegan a los 18 años que están armando bandas y haciendo muy buena música. Fieles a una tradición indie y con una sensibilidad pop dotada además de espíritu festivo y fresco. Se divierten ofreciéndonos una música y una actitud que quizás con el tiempo lleguen a generar una marca generacional digna de ser experimentada.

Con este preludio ofrezco tres ejemplos de esta nueva movida, con estas bandas que apenas alcanzan la mayoría de edad y que ya lograron buenos debuts discográficos, y que como rasgo característico de tradición posmoderna, no tienen miedo a poner chicas en sus bandas o hacer bandas solo de chicas:

Los Campesinos!-
No, no me refiero al enigmático conjunto cusqueño que alcanzo celebridad con hits como “Profesorita”. Estos son un grupo de chicos de secundaria Galeses que alcanzaron notoriedad el 2007 con un grandioso Ep llamado “Sticking Fingers into Sockets” y con su posterior Lp lanzado este año, y que se perfila como uno de los mejores discos del 2008. Su sonido oscila entre un Indie pop a lo Belle and Sebastián, lleno de guitarras frenéticas, y gritos con aire punk.







Black Kids.-
Otro grupo de patas de colegio, pero esta vez salidos de la tierra del tío sam, precisamente de Jacksonville, Florida. Como los anteriormente nombrados se dieron a conocer por medio de un sobresaliente Ep, promocionado tímidamente por su MySpace. A partir de ahí fuerón gozando de popularidad hasta tal punto que fueron considerados en grandes medios como la Pitchfork y hasta mencionados por el New York Times. De ahí, nada los detuvo, llegando a filmar costosos videos musicales, a participar en los más grandes festivales y que su primer disco fuera producido por el genial Bernard Butler(ex guitarrista de Suede para los menos enterados). Su propuesta Indie rock, nos remite a referencias inmediatas como The Killers y más clásicas como The Cure. Mención aparte merece la interculturalidad que se observa entre los miembros del grupo, digna solamente de dibujos animados tipo Capitan Planeta o Dora la Exploradora.

I'm Not Gonna Teach Your Boyfriend How To Dance with You






Poppy and the Jezebels.-
Me vacila el esquema, tres adolescentes simpáticas y otra no tanto aficionadas al arte y la poesía (bueno eso dicen). Que nos deleitan con un pop que nos remite tanto al Sytnhpop como al Post-Punk ochenteno. Un look retro sacado de los clásicos girl groups sesenteros, acompañadas de una onda indie actual a lo Cat Power, pero sin prescindir de esa arrogancia británica que las hace completamente adorables.





1 comentario:

Anónimo dijo...

"o ser un folkie neoyorkino de inicios de los sesenta, asistente asiduo al GreenWich Village para escuchar las discusiones políticas y rematarlas con un buen himno de protesta"
El pasto siempre será más verde al otro lado (y con el transcurrir de las horas no escucho quejarte sobre las desabridas cusqueñas).